Analiza la realidad económica
Antes de formularse la fastidiosa pregunta, ¿una proyección anual a tres meses de empezado el año? Corresponde la siguiente aclaración, el año que comenzó hace 3 meses es el año calendario, el que empieza en Enero y Termina en Diciembre, pero en nuestro país existe el calendario de los usos y las costumbres, y este último indica que el año en materia económica se desarrolla entre mediados de abril a mediados de Diciembre. Nuestra cuestionable idiosincrasia nos impone una dinámica económica con una marcada estacionalidad estival, a no ser en materia turística, la famosa industria sin chimeneas, nuestro país dormiría una especie de siesta trimestral. Basado en lo expuesto anteriormente y en aquella frase acuñada por la inventiva popular “el año empieza después que el último ciclista termina la vuelta” con clara alusión al término de semana de turismo y su tradicional vuelta ciclista, es que a esta altura del año se encuentran uds. frente a la proyección 2005 porque en los hechos y en el imaginario colectivo el año empieza la semana que viene.
Las perspectivas a corto plazo, lucen muy favorables. A juicio de los principales formadores de opi-nión, la economía continuará creciendo a un buen ritmo, que se estima estará en el entorno del 6% al 8% en el promedio anual. Y en ese marco, deberíamos observar un aumento del empleo y una recuperación del salario real que en 2005 sería importante de al menos 4%.
En un análisis más largo placista se puede esperar en los años siguientes que el superávit debería ir aumentando si la economía continúa creciendo y si el gobierno va a continuar poniendo énfasis en el equilibrio de su política fiscal. De la mano con ese equilibrio va la reasignación del gasto público hacia las áreas más prioritarias y la coherencia en materia inflacionaria, intentando trabajar en la re-ducción de sus valores, lo que a largo plazo influiría positivamente en el crecimiento de la economía.
Más allá de las grandes fluctuaciones cíclicas que caracterizan a la economía uruguaya, medida en períodos largos, la producción en nuestro país crece a un ritmo extremadamente lento, esta baja tasa de crecimiento a largo plazo ha determinado lo que en economía se denomina a veces atraso o empobrecimiento relativo del país. Mientras que en el año 1900 el PIB per cápita de Uruguay era solamente un 35% inferior al PIB per cápita de Estados Unidos, en el 2000 el PIB per cápita de nuestro país apenas alcanzaba a un cuarto del PIB per cápita en Estados Unidos. Esas cifras dejan en claro la necesidad de procesar reformas que alienten un aumento sustancial de la inversión, tanto inversión en maquinaria como en formación de capital humano y en innovación, de manera de aumentar de forma sostenida la tasa de expansión de nuestra economía.
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